No se puede decir de mí que tenga ninguna experiencia literaria, si no contamos las cartas al director, los escritos para celebraciones y funerales, las redacciones entregadas a los profesores, las cartas de amor y hasta los menús de un restaurante. No, no tengo experiencia. Salvo que...
Durante las horas que mi madre tardo en dar a luz mi padre empezó un libro y, debió de gustarle tanto que, cuando le anunciaron mi nacimiento decidió terminar las últimas páginas antes de ir a nuestro encuentro.
Cuando tenía cinco años una infección en el riñón me mantuvo en riguroso reposo diez meses. Tuve que dejar de subirme a los árboles y los juegos con mis hermanos. Entonces aún no sabía leer pero empezaron a llegar a mi cama libros que los adultos descifraban para mí. Inevitablemente en poco tiempo fui capaz de leer por mí misma, y lo que en principio llego casi como un tratamiento médico se convirtió en una bendición: la necesidad de la lectura.
Con ocho años iba a las papelerías a comprar libretas en donde escribía historias y, cuando camino del parque, pasábamos por la Universidad de Literatura y Letras aseguraba que de mayor yo estudiaría allí.
Luego descubrí los aviones y cambie de vocación. Estudie relaciones públicas e idiomas, trabaje varios años como auxiliar de vuelo, tanto en España como en Inglaterra.
Después cree una familia y me sumergí gustosa en ella. Mi vida profesional se adaptó a esas nuevas circunstancias. Crecí como ser humano, estudie astrología, hice un psicoanálisis, aprendí de mi misma y, en la observación, de mis semejantes, rascando siempre en la superficie para ver más allá de lo evidente.
Hace cinco años mi vida cambio de nuevo, deje la cuidad y me instalé en el campo. Me abandonaron las obligaciones familiares y profesionales y empezaron a llegar personajes con voz e historia propia que contar.
En este momento estoy escribiendo la historia de Elisa -porque aunque vive en Sussex no dejo de escucharla- mientras mi perro duerme a mis pies y levanto mi vista hacia el valle de un río mediterráneo.
Información proporcionada por la autora.
Sol Fink
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